“Buena suerte, mala suerte, quien sabe” (Leyenda oriental)
En muchas organizaciones escucho frases como:
“Que suerte ha tenido nuestra competencia de poder captar al cliente x”,
“Hemos tenido mala suerte en la inversión de este equipo, programa, etc.”,
“Que suerte ha tenido mi compañero que ha podido con este cliente conseguir los objetivos”, etc..
Tal y como podemos observar, la palabra suerte es muy común en el vocabulario de uso diario en el mundo empresarial. Séneca nos decía “Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y fusionan”, por lo que existen dos componentes que configuran la suerte y es evidente que uno de los dos está fuera de nuestra zona de influencia la oportunidad que viene marcada fundamentalmente por el azar. Sin embargo el otro factor la preparación, depende única y exclusivamente del trabajo que realicemos nosotros mismos. Si la oportunidad no se puede controlar, la única manera de poder trabajar la suerte es precisamente “haciendo lo mejor posible todo aquello que sí está bajo nuestro control y así aumentar las posibilidades de éxito”
Analicemos 5 aspectos que en mi opinión sí que está bajo nuestro control en el mundo empresarial:
- Enfocarse en los objetivos: Tener una hoja de ruta adaptable y flexible con objetivos definidos hacía un propósito claro. Imprescindible una buena definición del plan de acción y su cronograma, con presupuestos y responsabilidades asignados, y sobre todo con pocos indicadores claros y sencillos
- Perseverancia y esfuerzo: La perseverancia es la firmeza y la constancia en nuestra manera de hacer, y sin ella es imposible lograr un propósito. Al mismo tiempo debemos considerar que la verdadera fuerza de los proyectos empresariales nace del esfuerzo, que en esencia no es más que voluntad y entrega.
- Aportar valor: Entendido como ofrecer soluciones reactivas y proactivas, para ello debemos tratar de identificar las carencias, problemas y preocupaciones de nuestros clientes.
- Sorprender: La sorpresa es un factor de motivación tremendo. Cuando algo pasa de forma rutinaria, sin ningún aliciente más dentro de nuestro paisaje natural lo discriminamos. Por tanto es necesario sorprender para no estar discriminado en las decisiones de nuestros clientes.
- Gestionar el cambio: Debemos ser consciente que los entornos VUCA han llegado para quedarse, con lo que debemos ser capaces de enfrentarnos a ellos con actitud de flexibilidad y adaptabilidad a los nuevos contextos. Y si crees que tu sector no está inmerso en este tipo de entornos ten muy presente lo que nos decía Honoré de Balzac "aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”, así que debemos trabajar nuestra proactividad.
6 septiembre 2021