“Cambiar un paradigma significa modificar la manera de hacer las cosas” Joel A. Barker

Thomas Kuhn, historiador y filósofo de la ciencia, en su obra “Estructura de las revoluciones científicas”, creo el término de paradigma para analizar las circunstancias y procesos a los que se somete la comunidad científica a lo largo de su historia.

Si indagamos en el término que definió Kuhn sobre el  paradigma, observamos que el inicio de todo nuevo paradigma lleva tres etapas:

1. Estabilidad: Trabajamos en un marco de referencia establecido con una leyes y teorías aceptadas como verdaderas. Dentro de este marco aparecen anomalías del sistema que, si  no son muy abundantes, y tienen un impacto ligero el paradigma establecido no corre peligro

2. Crisis: Cuando las anomalías son abundantes,  llegamos a un punto crítico donde se focalizan los esfuerzos en buscar soluciones dentro del marco de referencia y en encontrar teorías alternativas que puedan hacer frente a las mismas

3. Nuevo paradigma: Entre las diferentes alternativas que van surgiendo se va analizando  y eligiendo la que más respuestas da a la situación vivida

Analicemos pues el contexto económico y social al que se enfrentan las organizaciones empresariales, descubriendo cuáles  son las anomalías y las alternativas que se están poniendo en marcha para determinar si estamos o no ante un nuevo paradigma:

  • La  pandemia va a cambiar ciertos rasgos del estilo de vida que ha predominado en Occidente durante décadas, , a pesar de los cambios iniciales en la desescalada que nos llevan a comportamientos compulsivos como los que estamos viviendo en la actualidad.
  • La intervención masiva de los gobiernos en la economía para intentar amortiguar el golpe de la pandemia, tanto en términos de vidas como económicos. El neoliberalismo se estableció gradualmente como la ideología económica dominante, que  potenciado por los propulsores de la globalización, el libre comercio y las tecnologías digitales han hecho que el capitalismo haya ido demasiado lejos.
  • Las preferencias cambiantes de los consumidores, obligará a los gobiernos a intervenir de una forma u otra en las políticas industriales, impuestos a las empresas, ayudas estatales y leyes de competencia.
  • Los niveles de deuda con los que se va a salir de esta crisis hace prácticamente imposible la sostenibilidad de la deuda sin unos tipos de interés muy bajos y compras de activos a gran escala.
  • La falta de confianza en la globalización lleva asomando la cabeza algunos años más, culpada de la pérdida de millones de empleos en los países desarrollados y de la desigualdad de rentas, pero esta pandemia ha podido ser la estocada final.
  • La aceleración de la digitalización, va a cambiar entre otros la configuración de los medios de pago, las visitas presenciales , la implementación del teletrabajo, etc.

Si estudiamos las circunstancias concretas de las empresas y en especial de las Pymes, observamos una polarización de la visión respecto a si estamos ante cambio de paradigma o no. Algunos empresarios consideran que no hay cambio de paradigma y que todo va a volver a la normalidad pre covid, con lo que no es necesario acometer procesos de transformación e innovación de sus negocios,  ya que paradójicamente durante este periodo pandémico sus resultados se han incrementado, mientras que otros piensan justo lo contrario y han iniciado o están en procesos de transformación de su negocio.

Uno de los aspectos que tiene mayor consenso en los especialistas es la constatación del proceso de aceleración que se ha producido fundamentalmente en el ámbito tecnológico.

Desglosemos pues los retos desde este punto de vista,  a los que las empresas se van a tener que enfrentar:

  • La tecnología está demostrando que es capaz de realizar tareas no rutinarias y que puede aprender a resolver problemas de forma autónoma. Se trata de un proceso de cambio irreversible, veloz, de alcance global y que afectará a todos los sectores económicos.
  • A medida que las nuevas tecnologías se vayan integrando en el proceso productivo, es probable que algunas tareas se puedan realizar con menos trabajadores, o que incluso algunas ocupaciones desaparezcan
  • Están ganado peso aquellas ocupaciones en las que hay una complementariedad entre el trabajo de las máquinas y lo que aporta el trabajador, esperamos que el efecto de complementariedad acabe siendo superior al de sustitución.
  • Ganan peso las ocupaciones que requieran habilidades sociales, como saber comunicar, mostrar empatía y liderazgo o el trabajo en equipo.
  • La productividad aumentará de forma muy significativa en aquellas ocupaciones que se beneficien en mayor medida de las complementariedades que brindarán las nuevas tecnologías, mientras que las que no lo hagan queden rezagadas.
  • Los fenómenos potencialmente más disruptivos serán la transformación de las plataformas digitales y el llamado O2O, online-to-offline
  • Aquellos sectores donde las plataformas también asuman la producción del bien, estas se convertirán en un competidor temible para las empresas tradicionales dado que podrán sacar partido de una estructura digital potente, con una gran cantidad de datos que les permitirá ofrecer una atención más personalizada a sus clientes, así como estrategias de fidelización más eficaces
  • Las nuevas tecnologías están permitiendo que la estructura productiva de las empresas pueda estar cada vez más diseminada por el mundo, con una mayor descentralización de la producción y de los centros de decisión
  • Las deslocalizaciones y el offshoring, harán que las empresas funcionen de forma menos jerárquica y sean más dinámicas y flexibles.

En suma, la sociedad está inmersa en un cambio no sabemos si de paradigma tecnológico o no, pero todo apunta a que afectará profundamente al mercado laboral, a la estructura sectorial de la economía y al modo de operar de las empresas. Tomar las decisiones adecuadas y prepararse para estos cambios será imprescindible para aprovechar todas sus oportunidades. Y es que no debemos perder de vista que las decisiones las continuaremos tomando nosotros: la clave no es preguntarse qué nos depara el futuro, sino que podemos hacer nosotros en el presente para construir ese futuro.

2 julio 2021

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