¿Eres más inteligente que la empresa u organización a la que perteneces?
Te aseguro que si, y hay una razón de peso y es que las personas podemos ser inteligentes y las organizaciones a la que pertenecemos no, ya que los seres humanos tenemos un órgano que es el cerebro del que carecen las organizaciones.
A pesar de no tener cerebro, debemos ser capaces de implementar en nuestras organizaciones una filosofía de aprendizaje organizacional que nutra a todos sus integrantes de las diferentes habilidades que tienen los empleados en beneficio del colectivo.
El aprendizaje organizacional es una competencia que todas las organizaciones deben desarrollar; mientras mejores son las organizaciones en el aprendizaje, más probable es que sean capaces de detectar y corregir los errores y de saber cuándo son incapaces de hacerlo.
Los principales beneficios de este aprendizaje organizacional:
- Flexibilidad y más capacidad para adaptarse a situaciones cambiantes.
- Gestionar más eficiente los procesos, de modo que se trabaja de forma más productiva y se obtienen mejores resultados.
- Sencillez a la hora de tomar decisiones, así que se acelera este trámite.
- Fomenta el trabajo en equipo. Una plantilla integrada puede llegar a mejores ideas que repercuten directamente en el funcionamiento de la empresa.
Peter Senge (1993) plantea siete barreras o condiciones que constituyen obstáculos para que una organización aprenda que comparto plenamente y que añado alguna más en base a mi experiencia
“Yo soy mi puesto”: personas de una organización que sólo se preocupan por las tareas propias de su puesto
“El enemigo externo”: echar la culpa de los errores a los demás, y no reconocer nunca los propios errores
“La ilusión de hacerse cargo”: pensar que responder con agresividad a los problemas es sinónimo de proactividad, cuando es a menudo reactividad disfrazada
“La fijación en los hechos”: prestar atención tan sólo a lo inmediato
“La parábola de la rana hervida”: incapacidad de ver cambios lentos y graduales, siendo solamente sensibles a los cambios rápidos y bruscos
“La ilusión de que se aprende con la experiencia”: Creencia que se aprende mejor de la experiencia, sin tener en cuenta que, en muchas ocasiones, no es posible experimentar directamente las consecuencias de determinados actos o decisiones importantes.
“El mito del equipo administrativo”: la creencia de que el equipo directivo está formado por un grupo de personas capacitadas para resolver todos los problemas
“Arrogancia de los empleados”: algunos empleados ven sus conocimientos como una forma de hacerse imprescindibles para la organización y eso les lleva a ser reacios a compartirlos con sus compañeros
“Implementación de la tecnología”: a pesar de sus irrefutables ventajas, puede resultar un inconveniente, aunque el problema se encuentra en cómo es entendida su implantación.
Técnicas para gestionar el conocimiento empresarial
1. Formación interna
2. Trabajo en equipo
3. Crear una inteligencia competitiva
4. Rotación de personal
5. Mentoring
30 septiembre 2021