“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica” (Aristóteles)

Uno de los términos que más escuchamos últimamente en la gestión empresarial es EL TALENTO, y yo me pregunto ¿De qué estamos hablando exactamente y cómo podemos conseguir esta herramienta tan poderosa según los grandes gurús del Management? 


El talento es la especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para:

  1. Aprender las cosas con facilidad, lo que significa tener la capacidad de adquirir conocimientos, habilidades y experiencias que son reutilizables para el futuro, y para ello necesitamos motivación (ganas), tiempo y oportunidad de practicar. Este último aspecto es vital y desgraciadamente en muchas ocasiones ni se da ni se le espera en las empresas, sin tener en cuenta que así es imposible el aprendizaje y por tanto la construcción del talento. Me encuentro en muchas organizaciones que pretenden y que se llenan la boca con el talento, pero
    • No dan oportunidad a los jóvenes a que inicien un verdadero proceso de aprendizaje en el que puedan ponerse a practicar.
    • No se apuesta por trabajar la cantera, utilizando término deportivo, sino que se busca en el mercado y si es posible encontrar la ganga mucho mejor.
    • La intolerancia al error está muy sancionada, con lo que el miedo al mismo hace que las prácticas estén muy preestablecidas, así que la creatividad e innovación no aparecen por ningún sitio, y por tanto el talento se estanca.
  2. desarrollar con mucha habilidad una actividad, teniendo en cuenta que la gestión de la misma, sobre todo en las situaciones difíciles, llevando la iniciativa y dominando la situación es lo que nos construirá un buen talento.

Según mi parecer, lo que necesitamos en nuestras organizaciones son personas inteligentes (aquellas que son capaces de predecir lo que va a pasar basándonos en una experiencia que les permite tomar decisiones y actuar, en el marco de un rápido aprendizaje), que sean capaces de llevar a cabo un proceso de construcción constante del talento bajo el lema que para tener conocimiento, hay que aprender.

Quitémonos las falsas creencias de que el proceso de aprendizaje pertenece a la etapa inicial de nuestra vida, de que el aprendiz se prepara para un oficio que madura a lo largo de toda su vida y que tener talento es profundizar en el oficio.

Hoy el proceso de aprendizaje debe durar toda la vida y debemos programarlo con mucha asiduidad, siendo sólido si va acompañado del desaprendizaje.

Practiquemos la ignorancia lúcida pues y lleguemos a manifestar abiertamente “ que esto no lo ”, para aprender de otros sin arrogancia, reconociendo nuestros límites sin complejos.

CONVIRTÁMONOS EN SÓCRATES DEL SIGLO XXI.

16 septiembre 2021

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