“La mente tarda en desaprender lo que aprendió temprano” (Séneca)
Según las teorías neurocientíficas, el proceso de aprendizaje consiste en la creación de conexiones neuronales que van configurando determinados patrones, de forma que a medida que alimentamos ese aprendizaje se van sumando conexiones al mismo.
Hay que tener mucho ojo porque, el aprendizaje incorrecto va a condicionar la estructura de conexiones con los nuevos conocimientos que adquiramos, y para más inri debemos ser conscientes que desaprender tiene un coste elevado para nuestro cerebro, es decir cuesta mucho, ya que excepto en el periodo de la adolescencia con el cambio que ello supone y que estamos relativamente preparados para ello, el deshacer las conexiones es muy complicado, que no imposible.
En muchas organizaciones nos encontramos con profesionales y empresarios que muestran una cerrazón en torno a sus intuiciones intelectuales, que no quieren aceptar las líneas argumentativas de los demás si van en contra de las suyas. Se centran más en seguir pensando en como encontrar mejores argumentos a favor de sus tesis que en escuchar y analizar los argumentos de los demás. No debemos olvidar que un profesional que no es de alto nivel aprende por acumulación, es decir añade al que ya tenía. En cambio, un profesional de alto nivel aprende por asociación, con lo que un nuevo conocimiento se aplica a todos el conocimiento ya adquiridos.
En escenarios como los actuales, donde el espíritu competitivo va creciendo a nivel interno y externo de la organización, muchos optan en lugar de dialogar o conversar de cara a tener una actitud mental de apertura, por el bloqueo y la defensa propia porque, interpretan ataques constantes hacia su persona, sus intuiciones y sus creencias. Las creencias más incompatibles en el rendimiento de los individuos en las organizaciones son las rígidas porque no se adaptan a la complejidad cambiante de la realidad y las limitantes porque generan expectativas negativas sobre la acción. Tener una apertura mental suficientemente desarrollada, que nos permita cambiar de opinión sin que nos tengamos que sentir mal, sin que experimentemos humillación intelectual, ni verlo como una derrota o un debilitamiento de nuestra inteligencia, va a ser imprescindible en los grandes gestores de nuestros negocios.
No debemos temer a cuestionar nuestro proceder ni el de nuestra organización.
Cuantas más cosas sagradas (intocables) menos posibilidad tenemos de ser eficientes, eficaces y enfocados, hasta el punto que creer que ser buenos consiste en no fallar ni una sola vez se convierte en una creencia rígida, irracional y muy limitante que pondrá en riesgo nuestro negocio.
FASPECTOS BÁSICOS APRENDER EN LA GESTIÓN DEL NEGOCIO:
1.Diferencia entre fracaso y error
2.Saber si hay que acelerar, contemporizar, continuar o parar en los proyectos
3.Que es un equipo y un grupo de trabajo
4.Analizar y aprender de la competencia.
5.Extrapolar enseñanzas y experiencias de otros modelos de negocio
6.Discernir entre escuchar y oír
2 septiembre 2021